Hay una pregunta que de tanto en tanto irrumpe, en distintos momentos y situaciones de la vida ¿es ésta la vida que realmente quiero vivir? Recorro mi biografía buscando el eslabón donde me quedé atrapada, donde entregué mi poder y me sentencié a resguardar la locura... Me encuentro con las inúmeras excusas que yo misma fui creando para mantener relaciones personales, situaciones sociales, trabajos, etc que ya no me nutren, no me hacen sentido y que, muchas veces incluso, detienen mi crecimiento...y ahí sigo, paralizada y esperando un movimiento mágico casi paranormal que pudiera sacarme de ese lugar incómodo, que pudiera rescatarme de ahí y aliviar rápidamente mi dolor…rara espera, de mí misma. Un ego defendido, con recuerdos de miedo y dolor produciendo corazas y creencias que poco a poco nos va acortando la respiración.
El momento de salir de ahí llega de una forma u otra, muchas veces impulsado por ese mismo dolor interno que ya no podemos acallar y que al final del día es nuestro mejor aliado para producir el cambio. Me paro, respiro profundo y vuelvo a mirar...a mirarme. Recojo todo el material que me ha entregado un largo caminar buscando respuestas y nace una fuerza nueva en mí que me mueve hacia un lugar asoleado, verde y más pacífico. Me siento nutrida y vuelvo a sonreír. ¿Qué pasó? Tomé decisiones y me moví claro está, sin embargo, desde un “yo” que se dio cuenta de cómo quiere vivir la vida, que siente un infinito amor por mí y mi historia, por la experiencia humana, por el desarrollo del alma. Y ahí me paro de verdad. Tengo claridad y libertad para elegir, para darme cuenta que sí puedo cambiar lo que ya no me sirve y elegir lo que sí me hace sentir viva.
Caen las ilusiones del ego y sus mandatos de carencia. Descubro un nuevo caminar y siento mis pies y mi corazón. Estoy en un nuevo pulsar y me rio, de felicidad y gozo. Estoy, al fin, viviendo la vida que quiero vivir!
Trinidad Varas C.
tvaras@espaciointegracion.cl
Trinidad Varas C.
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