El colegio de Trabajadores Sociales de Chile, me ha pedido que escriba
sobre terapia social o Socioterapia como yo la llamo, recibo el desafío
e intento en estas lineas, mostrar la relevancia que tiene para estos
días revisar el modelo clínico en el que se basan la mayoría de las
terapias existentes.
No puedo dejar de decir que al recibir la propuesta pensé de inmediato en la alegría de poder constatar que efectivamente nuevos tiempos están llegando, tiempos de cambio, tiempos de nuevas posibilidades para el saber, tiempos en que los enigmas de la vida procuran elevarse a la comprensión de ella en toda su grandeza.
La Socioterapia recoge la experiencia del trabajo social y también de corrientes críticas, para aplicarla y desarrollarla en el campo terapéutico. De manera general, la Socioterapia es denuncia del modelo clínico que cuida el status quo, es estudio desde una posición crítica y también es actividad, en la medida en que intenta articular un movimiento que lucha por la ampliación de conciencia y lucha por los derechos de las personas que caen en el sufrimiento emocional, en la locura, en la marginación, producto de situaciones complejas que dependen del contexto histórico-social actual.
De este modo, el sentido de la Socioterapia es humanizar la terapia, ponerla al servicio de la humanidad y su crecimiento y no bajo los intereses de este sistema, denunciar la terapia como ideología y cuestionarla en sus implicancias, fundamentos y prácticas.
De manera general hoy se trabaja bajo el fundamento de la realidad individual y la diferenciación mente-cuerpo. La conexión básica hoy es que en el individuo existe como ámbitos diferentes, me refiero a que se habla de una cierta base orgánica, una actividad mental y determinados comportamientos, existiendo una relación causal entre ellos: la base orgánica produce alteraciones mentales y éstas a su vez producen alteraciones en el comportamiento. Así, este modelo tiene dos vertientes: una que pone énfasis entre la neurología y la actividad mental, y la que relaciona actividad mental y comportamiento.
El modelo clínico imperante supone en la diferencia entre salud y enfermedad, la idea de curación.
(Curación desde la mirada de arreglar algo que no debería estar, y que he generado yo mismo... Osea el problema soy yo mismo. Esto impide ver al sujeto situado socialmente).
Entonces, cuando se habla de terapia hoy, ya se está hablando de enfermedad, de curar algo que se juzga como inadecuado, "en otras palabras se juzga la vida de la persona".
En definitiva, el mecanismo ideológico contenido se configura a través de la sucesión de la individualización de los problemas, entonces el origen del problema está en usted mismo, no en su entorno, menos en este sistema, para continuar con su psicologización que quiere decir que sus problemas se deben a distorsiones subjetivas, no a factores objetivos, y luego sin vergüenza alguna por su franca naturalización: el fondo de esas distorsiones es fisiológico, y excede lo que usted pueda hacer de manera voluntaria.
Frente a esto, desde el punto de vista teórico es necesario y urgente insistir en un horizonte que, en la teoría y en la práctica, sea capaz de realizar las operaciones ideológicas inversas a las del poder institucional de las ciencias.
Esto es, frente a la individualización, congregar, ser capaces de promover la construcción de identidades colectivas, que nuestros pacientes se den cuenta que les pasan cosas parecidas. Que se encuentren en un tema común.
Frente a la psicologización, objetivar. Me refiero a promover la conciencia de que los problemas que aquejan a la subjetividad individual tienen un origen plenamente social, un origen que excede las posibilidades de un enfrentamiento aislado, meramente personal.
Frente a la naturalización, historizar. Mostrar como los problemas sociales que nos exceden como individuos derivan de contradicciones sociales globales, de la constitución de estilos de vida determinados por las necesidades del sistema en que vivimos.
si se dan cuenta esta serie de fundamentos conllevan prácticas opuestas, así es necesario que comprendan la diferencia entre las terapias que reducen los problemas a categorias medicas y terapia con mirada social.
Intentare ser mas precisa. La idea de terapia supone una relación vertical entre experto y enfermo, supone que el problema es objetivo (no depende de problemas valóricos, influencias sociales e ideológicas) para el cual hay técnicas objetivas que se supone que el experto domina y aplica, técnicas que desde luego son previas al problema.
Es decir, la terapia en realidad lo que hace es aplanar las diferencias individuales en torno a estándares de logro objetivos y entonces promueve una integración homogeneizadora. La consigna en el fondo es: “vuelve a ser así como todos los demás”. De este modo, no es raro cuestionar el papel de la psicología institucional y la psiquiatría como mecanismo para adaptar y socializar adecuadamente a un individuo, hacerlo apto y funcional a un sistema social establecido.
Desde una perspectiva crítica, lo que creo, propongo y legitimo es la posibilidad de reorganizar, de mirar la idea de intervención:
La intervención con una mirada social hace referencia a una relación horizontal en que no hay propiamente un experto y un lego, lo que hay es una relación de compartir y producir saber. No hay un saber estándar previo que aplicar, hay conocimiento sin duda alguna, pero los procedimientos técnicos son desarrollados en la situación puesto que no hay un ser humano igual a otro. La relación cotidiana en el fondo es ver que ocurre socialmente con la persona, conversar ( no diagnosticarla), conocerla ( no juzgarla), decidir qué hacer (no someterla), poner en juego una intervención donde la persona este involucrada. Para hacer esto es esencial reconocer el valor que tiene nuestra historia (biografía) en nuestra forma de ser y reaccionar frente al mundo.
Socioterapia, está centrada en lo social y es diferenciadora o sea respeta las diferencias ( su estándar no es "si funcionas como los demás estarás sano") es una terapia que siendo individual favorece y posibilita una integración diferenciadora y no homogeneizadora.
En definitiva, no se trata de aplanar las diferencias sino de validarlas, entonces se ponen en duda esos modelos estandarizados que representan la normalidad.
En definitiva, el horizonte especifico que debería surgir de esto es el de devolver a la persona común la conciencia de manejar por sí mismo, sus propios problemas subjetivos. La conciencia de que no hay de hecho, y no debería haber, en el ámbito de la subjetividad, un juicio experto que pueda superponerse a sus propias capacidades de acción o de autocuracion. ( lo que debe haber es una mirada humana en el proceso).
El enfoque crítico que aquí expongo supone una serie de elementos: nunca el problema es el "cuerpo" visto como huesos, carne y articulaciones o la "mente", siempre el problema es el "sujeto" osea un cuerpo, una mente, un espíritu, haciendo una experiencia social humana que lo constituye. (Socioterapia-corporal).
No se trata del individuo, se trata del sujeto situado socialmente, entonces el contexto forma parte del individuo, lo constituye. No se trata del aquí y el ahora aislados, se trata siempre de los problemas del sujeto mirando un aquí y un ahora constituidos por el pasado y el proyecto. ( me gustaría hablar aquí sobre meditación, pero ese es tema de otro articulo)
Entonces hay que situar al sujeto en su contexto y en su tiempo. La idea de intervención social, esta centrada en el sujeto, situado socialmente, desarrollando sentimiento de comunidad, sentimiento cultural, que valida las diferencias y está centrada en un hacer significativo, estas significaciones vienen de la familia, la historia, el proyecto, la época cultural. Así los desequilibrios o enfermedades psicológicas y mentales se entienden y pueden mirar como generadas por un sistema con contradicciones sociales muy visibles.
A modo de conclusión, me gustaría decir que hoy es importante que seamos capaces de mirar, de ver conscientemente que muchas practicas de intervención ( las medicas "clásicas" por ejemplo) son efectos históricos de un orden social que imposibilita el cambio, que imposibilita una ampliación de conciencia.
No puedo dejar de decir sin embargo que de la capacidad de ver y hacer de cada uno depende la posibilidad de un mundo mejor...un mundo que este a la altura de los nuevos tiempos.
Es importante que veamos que existen mecanismos de control sutiles, que nos impiden hacer el cambio.
No puedo dejar de decir que al recibir la propuesta pensé de inmediato en la alegría de poder constatar que efectivamente nuevos tiempos están llegando, tiempos de cambio, tiempos de nuevas posibilidades para el saber, tiempos en que los enigmas de la vida procuran elevarse a la comprensión de ella en toda su grandeza.
La Socioterapia recoge la experiencia del trabajo social y también de corrientes críticas, para aplicarla y desarrollarla en el campo terapéutico. De manera general, la Socioterapia es denuncia del modelo clínico que cuida el status quo, es estudio desde una posición crítica y también es actividad, en la medida en que intenta articular un movimiento que lucha por la ampliación de conciencia y lucha por los derechos de las personas que caen en el sufrimiento emocional, en la locura, en la marginación, producto de situaciones complejas que dependen del contexto histórico-social actual.
De este modo, el sentido de la Socioterapia es humanizar la terapia, ponerla al servicio de la humanidad y su crecimiento y no bajo los intereses de este sistema, denunciar la terapia como ideología y cuestionarla en sus implicancias, fundamentos y prácticas.
De manera general hoy se trabaja bajo el fundamento de la realidad individual y la diferenciación mente-cuerpo. La conexión básica hoy es que en el individuo existe como ámbitos diferentes, me refiero a que se habla de una cierta base orgánica, una actividad mental y determinados comportamientos, existiendo una relación causal entre ellos: la base orgánica produce alteraciones mentales y éstas a su vez producen alteraciones en el comportamiento. Así, este modelo tiene dos vertientes: una que pone énfasis entre la neurología y la actividad mental, y la que relaciona actividad mental y comportamiento.
El modelo clínico imperante supone en la diferencia entre salud y enfermedad, la idea de curación.
(Curación desde la mirada de arreglar algo que no debería estar, y que he generado yo mismo... Osea el problema soy yo mismo. Esto impide ver al sujeto situado socialmente).
Entonces, cuando se habla de terapia hoy, ya se está hablando de enfermedad, de curar algo que se juzga como inadecuado, "en otras palabras se juzga la vida de la persona".
En definitiva, el mecanismo ideológico contenido se configura a través de la sucesión de la individualización de los problemas, entonces el origen del problema está en usted mismo, no en su entorno, menos en este sistema, para continuar con su psicologización que quiere decir que sus problemas se deben a distorsiones subjetivas, no a factores objetivos, y luego sin vergüenza alguna por su franca naturalización: el fondo de esas distorsiones es fisiológico, y excede lo que usted pueda hacer de manera voluntaria.
Frente a esto, desde el punto de vista teórico es necesario y urgente insistir en un horizonte que, en la teoría y en la práctica, sea capaz de realizar las operaciones ideológicas inversas a las del poder institucional de las ciencias.
Esto es, frente a la individualización, congregar, ser capaces de promover la construcción de identidades colectivas, que nuestros pacientes se den cuenta que les pasan cosas parecidas. Que se encuentren en un tema común.
Frente a la psicologización, objetivar. Me refiero a promover la conciencia de que los problemas que aquejan a la subjetividad individual tienen un origen plenamente social, un origen que excede las posibilidades de un enfrentamiento aislado, meramente personal.
Frente a la naturalización, historizar. Mostrar como los problemas sociales que nos exceden como individuos derivan de contradicciones sociales globales, de la constitución de estilos de vida determinados por las necesidades del sistema en que vivimos.
si se dan cuenta esta serie de fundamentos conllevan prácticas opuestas, así es necesario que comprendan la diferencia entre las terapias que reducen los problemas a categorias medicas y terapia con mirada social.
Intentare ser mas precisa. La idea de terapia supone una relación vertical entre experto y enfermo, supone que el problema es objetivo (no depende de problemas valóricos, influencias sociales e ideológicas) para el cual hay técnicas objetivas que se supone que el experto domina y aplica, técnicas que desde luego son previas al problema.
Es decir, la terapia en realidad lo que hace es aplanar las diferencias individuales en torno a estándares de logro objetivos y entonces promueve una integración homogeneizadora. La consigna en el fondo es: “vuelve a ser así como todos los demás”. De este modo, no es raro cuestionar el papel de la psicología institucional y la psiquiatría como mecanismo para adaptar y socializar adecuadamente a un individuo, hacerlo apto y funcional a un sistema social establecido.
Desde una perspectiva crítica, lo que creo, propongo y legitimo es la posibilidad de reorganizar, de mirar la idea de intervención:
La intervención con una mirada social hace referencia a una relación horizontal en que no hay propiamente un experto y un lego, lo que hay es una relación de compartir y producir saber. No hay un saber estándar previo que aplicar, hay conocimiento sin duda alguna, pero los procedimientos técnicos son desarrollados en la situación puesto que no hay un ser humano igual a otro. La relación cotidiana en el fondo es ver que ocurre socialmente con la persona, conversar ( no diagnosticarla), conocerla ( no juzgarla), decidir qué hacer (no someterla), poner en juego una intervención donde la persona este involucrada. Para hacer esto es esencial reconocer el valor que tiene nuestra historia (biografía) en nuestra forma de ser y reaccionar frente al mundo.
Socioterapia, está centrada en lo social y es diferenciadora o sea respeta las diferencias ( su estándar no es "si funcionas como los demás estarás sano") es una terapia que siendo individual favorece y posibilita una integración diferenciadora y no homogeneizadora.
En definitiva, no se trata de aplanar las diferencias sino de validarlas, entonces se ponen en duda esos modelos estandarizados que representan la normalidad.
En definitiva, el horizonte especifico que debería surgir de esto es el de devolver a la persona común la conciencia de manejar por sí mismo, sus propios problemas subjetivos. La conciencia de que no hay de hecho, y no debería haber, en el ámbito de la subjetividad, un juicio experto que pueda superponerse a sus propias capacidades de acción o de autocuracion. ( lo que debe haber es una mirada humana en el proceso).
El enfoque crítico que aquí expongo supone una serie de elementos: nunca el problema es el "cuerpo" visto como huesos, carne y articulaciones o la "mente", siempre el problema es el "sujeto" osea un cuerpo, una mente, un espíritu, haciendo una experiencia social humana que lo constituye. (Socioterapia-corporal).
No se trata del individuo, se trata del sujeto situado socialmente, entonces el contexto forma parte del individuo, lo constituye. No se trata del aquí y el ahora aislados, se trata siempre de los problemas del sujeto mirando un aquí y un ahora constituidos por el pasado y el proyecto. ( me gustaría hablar aquí sobre meditación, pero ese es tema de otro articulo)
Entonces hay que situar al sujeto en su contexto y en su tiempo. La idea de intervención social, esta centrada en el sujeto, situado socialmente, desarrollando sentimiento de comunidad, sentimiento cultural, que valida las diferencias y está centrada en un hacer significativo, estas significaciones vienen de la familia, la historia, el proyecto, la época cultural. Así los desequilibrios o enfermedades psicológicas y mentales se entienden y pueden mirar como generadas por un sistema con contradicciones sociales muy visibles.
A modo de conclusión, me gustaría decir que hoy es importante que seamos capaces de mirar, de ver conscientemente que muchas practicas de intervención ( las medicas "clásicas" por ejemplo) son efectos históricos de un orden social que imposibilita el cambio, que imposibilita una ampliación de conciencia.
No puedo dejar de decir sin embargo que de la capacidad de ver y hacer de cada uno depende la posibilidad de un mundo mejor...un mundo que este a la altura de los nuevos tiempos.
Es importante que veamos que existen mecanismos de control sutiles, que nos impiden hacer el cambio.
Para Nicolás y Catalina
Alejandra Córdoba García, Trabajadora Social, Socioterapeuta Corporal.